En Actividad

Encuentro en la sede de la Fundación, Madrid 16 de diciembre de 2017 - L.E.

OBSERVACIÓN DE LA CALCEDONIA


Con el tacto:
Deslizo mis dedos por la piedra y percibo que tiene cinco caras o direcciones distintas; cuatro de ellas son planas aunque tienen una ligera ondulación; su tacto es como el del "cristal al ácido", o como cuando tocas terciopelo; la otra cara es plana pero no es lisa sino con entrantes y salientes, como formada por granos de arena gruesa pegados sobre ella de manera no uniforme.
Al deslizar mis dedos por los cantos, es decir, por los encuentros de las distintas direcciones o caras, percibo que tienen entrantes y salientes muy cortantes.
Sus caras están formadas por cuatro lados, salvo una de ellas que tiene tres.

Peso
Sujetándola en una mano es bastante pesada pese a su pequeño tamaño.

Con el oído:
Cuando la golpeo sobre la mesa, o sobre el reposabrazos metálico de la silla, suena como si fuera cristal.

Con la vista:
Cuando la pongo a contraluz veo la luz a través de ella pero no se distinguen bien los objetos; por ejemplo, pasando mi dedo por detrás de la piedra, lo veo como si fuera su sombra por lo que su contorno no se ve bien; podría decir que es bastante translúcida y que en algunas partes más que en otras.
El color que predomina es el azul del cielo cuando está empezando a amanecer; es decir, un azul con algo de negro que lo oscurece y le quita brillo, con un poco de rojo que le da un tono liliáceo.
Aun teniendo un color predominante, esta piedra tiene distintos colores que van del blanco lechoso y sin brillo, a un azul claro, azul grisáceo claro y azul grisáceo oscuro, distribuyéndose por capas de distinto grosor; estas capas no discurren de un lado al otro de la piedra en un mismo plano, sino que varían de dirección de forma abrupta poco antes de llegar a uno de sus lados; en el caso de esta piedra se elevan todas las capas siguiendo la misma secuencia de grosor y color.
Sobre una de sus caras aparece una masa blanquecina que parece superpuesta a los estratos coloreados de esa cara y que los llega a cubrir casi por entero; no está separada sino que es parte de la misma piedra; no es plana sino que forma una pequeña duna; su color no es uniforme sino que va del blanco en un extremo, al azul claro en el otro, pasando de un color a otro gradualmente.

Para continuar con la descripción decido coger una de las dos piedras que están aún en la mesa pues no las ha cogido nadie; la que ya he descrito no la había elegido yo sino que fue la que me dieron, por lo que ninguna la seleccioné yo para hacer este trabajo.
Pongo una al lado de la otra para observar y compararlas.

Características que tienen en común:

El color: se distribuyen por estratos que van de un blanco parecido a la leche, al azul grisáceo con un poco de rojo que le da un tono liliáceo. Los estratos van de extremo a extremo de la piedra en paralelo a uno de sus lados. A veces hay saltos en estos estratos y se elevan todos juntos siguiendo la misma secuencia de grosor y color.

La luz: dejan pasar la luz a través de ellas y los objetos que tapa solo se ven como sombras.

La forma: aparentan una sección de una esfera hueca, por lo que su forma externa tiene una forma curvada; la superficie de su lado cóncavo es de color más claro.

El tacto: sus caras no son totalmente planas sino que hacen ondas; el dedo se desliza suavemente sin interrupciones por todas sus caras salvo por una en la que mi dedo choca con pequeños montículos como pequeños cristales o granos de arena pegados a su superficie; las demás caras al tocarlas parece que están hechas de terciopelo fino o de cristal al ácido; es decir, suave pero un poco rasposas.

Al comparar las dos piedras me he dado cuenta de detalles que no había visto en la primera piedra o que las había visto pero no le había dado importancia y me pasaron desapercibidas.

Ahora cojo una tercera piedra, la única que queda de las que no ha cogido nadie por lo que esta elección ha sido de nuevo al azar.

Al ponerla al lado de las otra dos calcedonias para compararla con ellas veo que es bastante diferente; es una piedra informe pues no tiene ninguna forma geométrica definida por ninguno de sus lados; tiene todo su exterior recubierto de pequeños cristales como granos de arena de color blanco lechoso igual que una de las caras que tienen las otras dos calcedonias descritas. A través de estos gránulos o cristales se percibe su interior translúcido y de color azul grisáceo con un poco de rojo que le da un tono lila al igual que las otras dos calcedonias.

Inmediatamente me vienen las siguientes preguntas:

¿Cuál es la dirección de esta piedra? ¿En qué dirección se ha formado: de dentro afuera o de fuera adentro?

Lo que yo entiendo por "por fuera" penetra hasta casi su interior; en este "por fuera" ya hay movimiento, formas de mini-calcedonias. ¿Son éstas lo primero que se ha formado y de allí surge la piedra que se ve en su interior o es este interior lo que va hacia fuera?

En esta piedra se mezcla interior y exterior; me rompe el concepto que tengo de dirección, movimiento, espacio y tiempo y me surge un nuevo concepto, el de "simultaneidad". ¿Es posible que el interior y el exterior sean uno solo en el espacio y que el antes y después se den a la vez en el tiempo?

La idea que tenía previa de que una piedra o mineral se forma a partir de un calor, de una presión determinada, de una sustancia o mezcla de sustancias determinadas, se me rompe con la observación de esta tercera calcedonia; si la observo sin tener en cuenta ninguna idea previa, podría decir lo siguiente:

La forma existe fuera de la materia; está antes que su plasmación en la materia.
Lo interior y exterior realmente no existe como espacios separados sino que surgen a la vez.
Antes y después tampoco existen como un hecho de tiempo cronológico donde hay un principio que está antes y un final que está después.

Por tanto, se podría decir que la forma no es algo fijado en el tiempo y en el espacio, sino que es un "estado" determinado por el observador que la observa; es el observador el que se sitúa dentro o fuera en su observación del objeto y el que se sitúa en un momento determinado para observar lo observado. Soy yo, el observador, con mi pensar, el que pongo el concepto "dentro" o "fuera" cuando observo algo; lo mismo que pongo con mi pensar "arriba" o "abajo", "más claro" o "más oscuro", "antes" o "después".

Otra cosa ocurre cuando percibo el objeto sin conceptos que ponga con mi pensar y percibo el concepto que "aparece" observando y vivenciando el objeto; en este caso, la calcedonia.


L.E.




Meditación de noviembre 2017 - Gema Cuellar

AMOR A LO DESCONOCIDO
desprenderme de lo conocido
con Amor
aparece en mí la confianza gracias a ese Amor
Un abismo se abre ante mí
y yo lo abrazo
Aparece un lugar oscuro,
lleno, no veo
la confianza que genera el amor ilumina la oscuridad
empiezo a ver
el amor se transforma en luz
una realidad nueva
Viene hacia mí.


Gema Cuellar




Septiembre 2017, L´Albir L´Alfás del Pi

"Yo Amo al Sol"
Y percibo que su calor suavemente toca mi rostro
Se activa el corazón en primer lugar
Entonces su luz me está envolviendo;
Su suave calor recorre el cuerpo.
Su luz viene también de la región del claroscuro
y va poniendo los colores en su encuentro con el aire,
en su atravesar la atmósfera.
Un claroscuro que se va coloreando;
Y besa el agua,
y besa a las piedras,
y besa a las nubes;
me besa a mí.
"Yo Amo al Sol"
y me doy cuenta de que me estaba esperando,
de que solo estaba mirando el cómo a mí me afectaba;
"Yo Amo al Sol" ? él estaba esperando escucharlo.
A través de él llegan seres esperando conmigo encontrarse.
Ellos portan la luz; ellos callan al tocar la Tierra,
Y aguardan hasta que yo digo: "Yo Amo al Sol"
En el recuerdo, me convierto en observador de la escena;
veo mi cuerpo físico,
recreo las experiencias,
y traigo al espacio representativo los objetos observados y convertidos, por tanto, en percepciones en la playa.
En el recuerdo, yo me convierto en tercer elemento de lo que ocurrió:
está el que observó y lo observado y estoy yo de observador de todo esto. ¿Qué sucede entonces?

Es como si mi pensar tuviese un punto de partida. El objeto de observación está dentro; y comienza a cumplirse: ?La observación mueve mi pensar?. Entonces comienzo a hacer preguntas a la escena, ¿qué hay entre el Sol y mi ojo?; ¿de dónde viene la luz?; ¿qué sentimiento hay? Y mi pensar comienza a ver entre mi ojo y el Sol; y conoce y aparecen respuestas cargadas de certeza. Comienzo a ver "entre"; "el entre" que estaba allí, pero que no podía ver allí. Puedo empezar a pensar en lo que vi, a pensar sobre lo que viví, a completar la escena con su otra mitad. Es la fuerza de atención sobre la escena.

Hoy noto el ojo más habituado a ir y venir. Ahora la fuerza de mi ojo "besa" a la escena. La misma Luz del Sol, ahora toca las cosas desde mi ojo. Voy, toco y suelto; y miro mi corazón mientras esta cadencia acontece.

Así viaja la luz del Amor al paisaje;

Cuando miro desde la nuca, me alejo del resultado interiormente; se desprende un movimiento que, aunque no sigue ninguna geometría, está perfectamente ordenado; perfectamente rítmico. Es un serpenteo ondulante ascendente. Al mismo tiempo, el mar se convierte en un oscuro plano que asciende delante de mí y desaparece la distancia.

En el recuerdo lo que está ahora delante de mí es el movimiento, ya no está la imagen, está el movimiento que me yergue y que incluso mueve el interior de mi ojo. Es como si fuese un movimiento que sale del corazón y sube hasta mi cabeza, hasta el centro de mi frente.

Me centro en el corazón mientras miro el paisaje;
aparece nítido y ordenado, pero con el movimiento de la fase anterior incorporado al paisaje;
Yo puedo considerar mi Destino junto al mar;
junto a él puedo poner mi Futuro.


Jesús Atencia




Imagen: El Heliotropo - Nélida Guerrero

Heliotropo



Nélida Guerrero




Dos imágenes de Marcia Ebener: El Heliotropo; El Heliotropo transformado por la meditación.

Heliotropo

Heliotropo



Marcia Ebener




Heliotropo

Me acerco con interés y preguntándome ¿quién eres?
Después observo su forma ? recorro con mis ojos todo el perfil, toda la periferia.
NO!!! recorro el límite de la piedra el espacio (mi cuaderno), del encuentro del color blanco de mi cuaderno con el tono verdoso NO!!! del tono de un abeto que tengo frente a mi casa.
Su forma recuerda a una pirámide NO!!! a las montañas que circundan mi tierra.
Color - es como el mar en la playa de la Zurriola; con manchitas del color de los tomates y algún destello de la espuma de mar.
Se posa con seguridad, soplo y no se mueve.
Cuando mis ojos recorren los límites con la vista, necesito el sentido del Movimiento propio? y es como si tactara con los ojos el perfil.
Textura - parece aspera, rasposa - me falta otra posibilidad de sentido
¿Cómo digo arista?
El encuentro de dos colores el de la piedra y el del espacio donde está.
¿Y cómo digo vértice?
El encuentro de dos aristas.
Elijo una cara para describir
Mi pequeña montañita de mar cristalizado y de espuma congelada con pinceladas puntillistas de tierra colorada.
Pequeños ríos de espuma surcan entre los valles.
huele a mar
huele a humedad
sabe a sal
suena a mareas vitalizadas
¿Qué hace con mis ojos?
Me obliga a moverme físicamente de arriba / abajo de la derecha a la izquierda, pero también de dentro / afuera.
¿Qué hace conmigo esta actividad?
Me otorga presencia
Me otorga atención
Me hace encontrarme con mi parte más poética


Marisa Fernández, L´Albir L´Alfás del Pi, septiembre 2017




La Paciencia

La Paciencia hunde sus raíces
en las profundidades del autoconocimiento.

La Paciencia haya su expresión
en la confianza activa en el devenir,
en la amorosa presencia del Yo
ante el discurrir del Tiempo.

José Antonio L., 7 novbre 2015




Ejercicio 1: Sábado 21 de Febrero 2014, por la mañana.

El sentimiento de gratitud. Ello teje en mí.

Gratitud: Sentimiento bienaventurado. Confianza suave, sedosa. Tiene el movimiento de la mañana. La lenta expansión de la luz en el horizonte.

Sílaba. Sonoridad. Espacio. Secuencia Sonora

La consonante y su espacio en la boca.El sentimiento del gesto de la boca. El sentimiento del gesto de la laringe. La vocal como relación entre los firmes gestos de las consonantes. La vocal como movimiento.

El espacio entre las palabras no es siempre el mismo y depende de los sonidos que anteceden y preceden a esos espacios. Dentro de esos espacios acontece movimiento.

Secuencia sonora: Ello teje en mí.

La secreta intimidad de lo que no tiene nombre
besa con labios de aire
los ríos dorados que guardan
la puerta detrás de mi vida.

Ríos dorados que en cobalto trazan
las copas de los árboles que cantan.

Secuencia conceptual: Ello teje en mí

¿Soy la hoja
que pende de tu gracia?
¿Soy la lágrima que transita dormida
los valles de tu rostro?

¿Soy la semilla
que enraíza en el aire
y que abona el rocío?


Ejercicio 2, sábado 21 de Febrero del 2014.Por la tarde.

El sentimiento de devoción. Ello obra en mí.

Si la gratitud es como la suave luz de la mañana y se expande, lenta, cálida, y confiada, irradiando, la devoción es como la luz que atardece, y para hacerse estrella y noche, se recoge en sí misma.

Si la mirada agradecida es amplia y frontal, una mirada que le sonríe a la vida, la devoción inclina su cabeza, desciende la mirada hacia el interior, saludando y cuidando un fruto que sólo ella conoce. La devoción es la madre de la vida, la precede y protege al tiempo que reverencia su decurso.

En ese íntimo interior que es casi noche, la devoción asciende hasta las estrellas.

La concentración en las impresiones del color en la naturaleza. Al encuentro del sentimiento moral.


Una nota del día siguiente. Domingo 22 de febrero 2014. Por la mañana.

Esta "historia al mirar" el zafiro me sorprendió ayer por completo. Me sorprende su inocente rima; También sus atmósferas y sus tempos, tan cambiantes. Hay poco en ella de lo que podría haber considerado hasta ahora mi forma habitual de aproximarme a la palabra. Y sin embargo ahí está, sin tocarle una coma, completa en sí misma como un mundo para ser contemplado y comprendido por mí misma. Me aproximo a ella pues como lo que es, un pequeño cuento-poema, y recogiendo esa inocencia recorro sus paisajes también con la voz. Como me ha parecido fundamental en la lectura este tránsito por las atmósferas y colores de la voz y por los cambios de tempo, espero se me permita dar también con el texto una aproximación grabada. Aunque aún diste de ser capaz de recrear, como en una partitura, las notas de este cuento.

Jovina




Experiencia pura en la observación de una planta (1/12/2013)

Observo la planta; al principio me empiezo a fijar en el ritmo de las formas de las hojas; caigo en la tentación de empezar a observarlas mas detalladamente. Vuelvo a la observación: me descubro esperando a que la planta me indique algo, me diga algo; me impresiona el no darme cuenta antes de que la planta no me va a decir nada, sino que soy yo la que me pongo en actividad al observar la planta; la actividad está en mi; parece de perogrullo pero me hago totalmente consciente de ello en ese momento. Dejo de estar pasiva y observo la planta. Comienzo a observar que mi pecho se expande y respiro mas lenta y profundamente. Yo provocando una actividad consciente y voluntariamente; sosteniéndola, manteniéndola, .."Yo" soy la "actividad", fuerza de atención. Esta actividad es contemplativa y tiene dos direcciones: hacia adentro y hacia afuera; el adentro está afuera y el afuera está adentro, no hay separación; el adentro y afuera conforman un puente de dos direcciones.

Otras experiencias que ahora soy mas consciente de su proceso: Cuando esta experiencia la he tenido poniendo la voluntad sin enfocar a un objeto concreto, sino al recuerdo de la observación de ese objeto (una piedra semipreciosa), y con total entrega, por ese puente por donde no hay dentro ni fuera, me llega una "actividad" que percibo como un leve aleteo que mueve el "aire" que me rodea y me atraviesa, convertido ahora en movimientos, formas, sonidos, ritmos, palabras, poemas... Cuando esta experiencia la tengo ante una piedra en bruto y la observo con total entrega y mis ojos y mis dedos la tactan, aparecen movimientos, latidos, ritmos, formas, esculturas....


Nélida




MEDITACIÓN DEL CONCEPTO "CERTEZA"

Plata ígnea
certeza interior
calma en el corazón
anuda y desanuda
filigrana que entreteje
la vastedad del infinito
veo-escucho la palabra acertada
al unísono con lo que es
la planta, ser solar
acoge las fuerzas periféricas
se deja ahuecar
certeza raíz ahora
suelo interior

Lara



¿Qué es conocer? ¿Qué es percibir? ¿Qué es observar? ¿Qué es describir? ¿Qué es pensar? En la Fundación proponemos un camino de autoconocimiento, capacitación y desarrollo en base a estas preguntas. El trabajo individual con la fuerza de atención en los diferentes procesos que el hombre realiza para conocer el mundo que le rodea y conocerse a sí mismo, hace nacer en cada ser humano capacidades y posibilidades nuevas.

Estas nuevas capacidades permiten al alma vincularse de forma auténtica con el mundo y con los demás seres humanos. Se crean así las condiciones para el Arte Social: la actividad que surge entre las individualidades que, gracias a su atención y presencia, se auto-reconocen, se reconocen entre sí y se descubren como autores y partícipes de la vida y de la cultura. Esta actividad trae el germen de un nuevo organismo social, en el que las personas comprenden las leyes de su acción.

Bajo el ideal de la Vida Cultural Libre, todas las actividades que se realizan en la Fundación proponen un camino de capacitación y preparación para encontrar la forma concreta e individual de llevar al mundo los ideales que laten en cada ser humano.

Jesús Atencia